La revisión de la ITV de tu vehículo es algo obligatorio para aquellos coches con más de cuatro años. Del buen resultado de la inspección dependerá que podamos seguir circulando, o no, hasta que no solventemos los problemas que pueden llegar a encontrar los inspectores.
En la ITV se revisan todos los puntos clave del vehículo así como la situación legal que tiene, para asegurarse de que todo está correcto y el vehículo no supone un riesgo en carretera. Todos los fallos que se encuentren quedan registrados en la hoja de la ITV, por lo que se tendrán que solventar para una próxima revisión. De hecho, si la Guardia Civil de Tráfico comprueba que existen estos fallos, estaríamos exponiéndonos a una sanción.
Fallos leves y graves
Actualmente se puede pasar la ITV con dos fallos leves, pero hay que solucionarlos cuanto antes. Con un fallo grave, o tres fallos leves que se convierten en grave, es obligatorio pasar de nuevo la ITV en un plazo máximo de un mes. Si se tarda más tiempo hay que pedir de nuevo la cita y pagar la tasa.
En caso de que el vehículo tenga fallos muy graves, el vehículo quedará inmovilizado y la documentación quedará retenida. Estos pueden ser daños estructurales serios, uso de piezas sin homologación o errores en el número de bastidor, por ejemplo.
Puntos que hay que tener en cuenta para pasar la ITV
Es indispensable que para pasar la ITV se esté al día de las tributaciones obligadas como el impuesto municipal, pero también del seguro obligatorio. Asimismo hay que llevar la ficha técnica del vehículo y el permiso de circulación.
Nunca está de más solicitar a nuestro taller de confianza una revisión pre-ITV para que se encarguen de revisar en profundidad el vehículo y detectar los posibles fallos para repararlos antes de que se acuda a la inspección.
Sabiendo cuáles son las partes que revisan, es recomendable que nos aseguremos de que todo está correcto en el coche. El alumbrado debe estar perfecto, es decir, luces regladas y operativas, tanto cruce como largas, intermitentes, freno marcha atrás y antiniebla principalmente.
También debemos revisar el limpiaparabrisas, los cierres de las puertas, los anclajes de los cinturones de seguridad, anclajes de los parachoques, el dibujo de los neumáticos e incluso los elevalunas porque son algo que también suelen mirar. A nivel mecánico se comprueba la dirección, amortiguación, funcionamiento del ventilador y radiador, nivel de líquidos, sistema de frenado y también emisión de gases principalmente.
Que el vehículo cause una buena impresión es muy importante, por ello ir con el coche bien limpio a la cita puede hacer que este detalle predisponga al inspector de manera positiva.
Para no tener que llevar el vehículo a hacer una pre-ITV (aunque es recomendable) es muy importante seguir el plan de mantenimiento del fabricante del coche, siguiendo sus consejos conseguiremos que el vehículo vaya correctamente.
Por último, es importante que si se han hecho cambios en las piezas del coche, se necesitará contar con el certificado de homologación, de lo contrario es muy probable que pongan una falta por ello.